Por Gabriela Godínez García
Los padres son los principales responsables sobre lo que sus hijos consumen, por lo que el trabajo de las escuelas es vigilar los hábitos alimenticios de los menores, debido a que el problema de obesidad es tan importante que las medidas que se están tomando por parte de las autoridades no son suficientes, señaló Edgar Vázquez Garibay, director del instituto de nutrición humana de la Universidad de Guadalajara.
Mencionó que será necesario capacitar a los padres de familia en las propias instituciones educativas, mediante cursos impartidos por nutriólogos para lo que se requeriría contratar este tipo de personal en las escuelas para que ejercieran esa función, para que estos vigilaran el estado de alimentación y nutrición del niño desde que ingresa en primero de primaria hasta sexto.
Lo que se tendría que hacer es vigilar cualquier tipo de desviación, tanto en la alimentación como de nutrición, para que pueda ser detectado el menor que tenga algún tipo de problema y que los expertos le difundan información de manera atractiva sobre qué alimentos deben de comer.
Vázquez Garibay, comentó que hacen falta programas efectivos de actividad física que se utilicen en las escuelas para que de esa manera el niño no solo conozca lo que consume, sino que además realicen actividades físicas que les permita desgastar la energía que reciben.
Por lo que recomienda que se les de en el desayuno alimentos ricos en energía, como leche y derivados, cereales, alimentos con hierro, frutas sobre todo manzana, plátano, pera así como nueces, almendras, cacahuates y leguminosas.
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